"La isla de Cuba no se vende, porque su venta sería la deshonra de España, y a España se la vence, pero no se la deshonra"
Esta genial frase, que resume la impronta decimonónica de los españoles, pertenece a Juan Prim y Prats, nacido en Reus, el 6 de Diciembre de 1814 y que murió en la capital de España, el 30 de Diciembre de 1870.
Fue uno de los militares españoles más importantes del siglo XIX. Con sólo diecinueve años, Juan Prim se alistó en el regimiento de Tiradores de Isabel II,comandado por su padre, destacando por su bravura en el combate, fue condecorado, con la Cruz de Isabel la Católica y la Cruz de San Fernando.
Tras la guerra fue nombrado subinspector de carabineros de Andalucía y elegido diputado por la provincia de Tarragona, empezando a mostrar sus dotes de enérgico orador. En 1843 tomó parte en la conspiración para derribar a Espartero, lo que le valió el nombramiento de conde de Reus y vizconde del Bruch. A continuación sufrió proceso y reclusión por su supuesta participación en la conspiración contra Narváez.
En los años siguientes, tras un breve mandato de capitán general de Puerto Rico, ingresó en la masonería y fue elegido varias veces diputado progresista, destacando como ideólogo y defensor del sufragio universal y la libertad de imprenta.
En 1859 estallaba la guerra en Marruecos a causa de los atavues de incontrolados contra las defensas de Ceuta y de la destrucción de los escudos de España allí levantados. España entera alzó indignada y miles de voluntarios se alistaron en todas las provincias para vengar las afrentas recibidas. Al mando de O'Donnell se levantó un ejército en cuya primera línea estuvo Prim y los voluntarios catalanes que quedaron a sus órdenes. En dicha campaña destacó Prim cuando, en el frente de Tetuán, para recuperar la bandera española que había caído por haber muerto el abanderado, penetró en las filas enemigas y la enarboló en señal de victoria.
Acabada la guerra fue nombrado grande de España y marqués de los Castillejos. O'Donnell le puso al frente de la fuerza expedicionaria española que, en unión de la británica y la francesa, desembarcó en México para conseguir el pago de la deuda exterior. Las tropas españolas y británicas, disconformes con los planes de Napoleón III dirigidos a la entronización de Maximiliano de Austria como monarca protegido por el Imperio francés, regresaron a Europa poco después.
En los años siguientes participó tanto desde España como desde varios países como Francia, Bélgica y Gran Bretaña en varias conspiraciones para derrocar los gobiernos moderados de su antiguo amigo y jefe O'Donnell. Su aportación fue esencial en la revolución de 1868, que acabó con el reinado de Isabel II. Proclamada la Constitución de 1869, Serrano fue nombrado regente y Prim presidente del Gobierno, cargo desde el cual intentó poner fin pacíficamente a la insurrección cubana.
Reprimió con mano dura los motines prorrepublicanos que estallaron en Aragón, Cataluña y Andalucía, y fue el principal valedor de la candidatura de Amadeo de Saboya, quien finalmente se impondría sobre los demás aspirantes a ocupar el vacante trono español.
El 30 de diciembre de 1870, el mismo día en que el nuevo rey Amadeo desembarcaba en Cartagena, fallecía Prim de los disparos recibidos tres días antes en la calle del Turco de manos de un grupo de conspiradores cuya identidad, siglo y medio después, sigue sin ser aclarada definitivamente. No obstante, la hipótesis que más se ha manejado es la venganza del republicano federal Paul y Angulo y otros antiguos compañeros de conspiración y logia por no haber satisfecho las expectativas en él depositadas.
Os dejo esta interesante web, con información completísima sobre el magnicidio del personaje, así como fotografías de la momia del general:
Aquí la noticia en ABC sobre la autopsia al cadáver:
Así cantaba el pueblo de MADRID:
En la calle del Turco
ya mataron a Prim
sentadito en su coche
con la Guardia Civil.
Seis tiros le tiraron
a boca de cañón.
¿Quién sería el infame?
¿Quién sería el traidor?
No hay comentarios:
Publicar un comentario