Bloque 5. El ejército y la
guerra
Introducción:
·
Escudo (scutum). De forma
rectangular, ligeramente curvado, constaba de una plancha de madera forrada de
piel y reforzada con remaches metálicos.
·
Casco (galea). Protegía la
cabeza, la nuca y el rostro por ambos lados.
·
Coraza (lorica). En un
principio, fue una malla metálica destinada a proteger el tórax del filo de las
armas enemigas. A comienzos del Imperio fue sustituida por una armadura de
placas articuladas (lorica segmentata).
·
Espada (gladius). Su uso está
documentado al menos desde el siglo III a.C. Una espada bien conocida era la
gladius hispaniensis, que se adoptó tras las guerras en Hispania. >Tenía
doble filo y unos 80 centímetros de largo como máximo.
·
Jabalina (pilum). Era una lanza arrojadiza, compuesta de una
pieza de madera y una prolongación metálica acabada en punta. Ambas partes se
unían por una juntura que se rompía al impactar contra un objeto, con lo que el
arma quedaba inservible para ser utilizada por el enemigo. Tenía un alcance
efectivo de unos 30 metros.
·
Calzado militar (caliga). Tenía
una suela formada por varias capas de cuero claveteadas con tachuelas.
·
Útiles de campaña (sarcinae).
Cada legionario debía de llevar una hoz, un cazo, una pequeña marmita, útiles
para trabajar la madera y remover la tierra (labores de campamentación), así
como una ración de grano para tres días.
Con este peso
encima un legionario podía llegar a recorrer más de veinte kilómetros al día.
1.
El ejército griego en la época arcaica
En los primeros
tiempos de las polis griegas, la época arcaica, los ejércitos eran
necesariamente reducidos, ya que solo aquellos que gozaban del privilegio de la
ciudadanía (que eran muy pocos) y que podían costearse el equipo de guerra formaban
parte de ellos. Este ejército aristocrático y poco numeroso, en muchos casos
por debajo de la centena, resolvía las disputas militares por medio de pequeños
choques o escaramuzas.
2.
La época griega clásica
Hacia el final
de la época arcaica, el aumento del número de ciudadanos y ciertos cambios en
las tácticas militares promovieron la aparición de un nuevo tipo de soldado
cuyo equipo de guerra era más económico: el soldado de infantería conocido como
hoplita (de hoplon, escudo). El
hoplita combatía en formación en formación cerrada, lo que permitía movimientos
en el campo de batalla, algo desconocido hasta entonces por el reducido número
de soldados en los ejércitos aristocráticos de la polis arcaica.
Atenas
Es en la Atenas
clásica cuando llega a su culminación el prototipo de ciudadano-soldado.
Desde los
dieciocho años los jóvenes reclutas quedaban integrados en la efebía, en la cual eran adiestrados en
el manejo de las armas, exigiéndose de ellos un compromiso en defensa de la
comunidad ciudadana y sus leyes. Al cumplir los veinte años quedaban a
disposición de las necesidades militares del Estado, bajo el mando del estratego, o jefe militar, en caso de
conflicto.
Hacia mediados
del siglo V a.C. la polis ateniense contaba con un ejército ciudadano de 13.000
hoplitas y 1000 jinetes, aproximadamente.
El equipo del
soldado ateniense incluía un escudo circular, un casco de bronce, una especie
de coraza metálica, formada por un peto frontal y una plancha dorsal, que se
llevaba atada por los costados, una lanza y una espada. Su forma de combatir
era bastante simple: los hoplitas se lanzaban a la carrera en un choque frontal contra el enemigo, en
filas apretadas y poco profundas, contando con la protección del propio escudo
y también con el del soldado que había a su izquierda. Prácticamente el combate
era cuestión de resistencia.
Esparta
Por tratarse de
un Estado militar, siempre en
alerta, los jóvenes eran sometidos a un adiestramiento
militar desde una edad temprana, con el objeto de acostumbrarse a la dureza
de la vida en campaña. De los dieciséis a los veinte años, los efebos
espartanos, conocidos como irenes,
recibían un riguroso entrenamiento militar y una dura disciplina que los
convertiría en los mejores soldados de mundo antiguo, con
el imponente aspecto que les proporcionaban sus largos cabellos y su túnica
roja púrpura.
Los espartanos
hacían de la guerra una cuestión de honor y en esa creencia eran educados. Se
consideraba indigno sobrevivir en una batalla en la que hubieran caído todos
los compañeros. Su resistencia y
tenacidad en el combate no tenían igual.
Su problema
principal era, sin embargo, su reducido
número, al constituir los espartanos una especie de casta militar. Hacia
mediados del siglo V a.C. el número de espartanos en disposición de combatir no superaba los 5.000.
3.
Las guerras de la época clásica griega
En la primera mitad
del siglo V a.C. tuvieron lugar las llamadas guerra médicas, un largo conflicto
entre griegos y persas. Los ejércitos del Imperio persa invadieron en varias
ocasiones el territorio de los griegos, llegando a saquear e incendiar Atenas.
Como ejemplo de
acciones de guerra destacabas en la época clásica de la polis se pueden citar:
·
La batalla de Maratón, en la que las
tropas atenienses, bajo el mando de Milcíades, derrotaron a los persas,
desembarcando cerca de Atenas.
·
La batalla de las Termopilas, en la
que un reducido grupo de espartanos con su rey Leónidas, junto con otros
contingentes griegos, detuvieron a todo el ejército persa antes de sucumbir.
A estas guerras
contra los invasores persas siguió un conflicto entre griegos conocido como la guerra del Peloponeso, en la segunda
mitad del siglo V a.C. a lo largo de la cual espartanos y atenienses se enfrentan durante treinta años por la
hegemonía en el mundo griego. Aunque este largo conflicto acabó con la victoria
de los espartanos, ambos Estados quedaron muy debilitados, lo que supuso el
inicio de la decadencia militar y política de las polis griegas.
4.
El ejército y la evolución histórica de Roma
Época monárquica.
Durante la época monárquica, se organizó un exercitus
de aproximadamente unos 4.200 hombres, divididos en centurias, agrupaciones de cien ciudadanos que tomaban como
referente la categoría social y económica de aquellos que participaban en las
asambleas del pueblo romano. Los que por su fortuna podían aportar un caballo
al equipo de guerra formaron un contingente de caballería que no superaba los
300 jinetes.
Época republicana.
Durante la República lo habitual fue que hubiera
cuatro legiones, dos al mando de cada cónsul, como magistrados con imperium o
poder de mando de tropas. Estaban integradas por ciudadanos que disponían de un
cierto nivel de ingresos y propiedades, y no eran permanentes sino que se
convocaban cuando lo requería una campaña militar.
Las grandes
conquistas de Roma se hicieron con estas legiones de ciudadanos-soldados, que
debían cumplir con un deber militar para con el Estado.
Bajo el
consulado de Mario (siglo II a.C.) se permitió la incorporación voluntaria al ejército de los romanos que hasta
ese momento habían quedado excluidos del servicio militar por razón de su
situación económica. A los nuevos soldados se les prometía un beneficio
económico y una parte del botín. Con este sistema el ejército empezó a adquirir
carácter profesional, pues muchos pudieron adoptar el servicio militar como
profesión, ya que se acordaba un período
de servicio de 20 años. Con ello perdió su carácter de deber ciudadano.
Con esta nueva
modalidad se contaba en todo momento con un ejército experimentado y se evitaban los inconvenientes de tener
que adiestrar nuevas tropas en caso de peligro. Pero al mismo tiempo, permitía
que un general ambicioso y generoso con las pagas lograra una fidelidad
excesiva de sus tropas. Así ocurrió en las guerras civiles de la segunda mitad
del siglo I a.C. en las que se enfrentaron romanos contra romanos siguiendo a
sus líderes militares: César contra Pompeyo, Octavio contra Marco Antonio, etc.
Época imperial. En la
época imperial, el ejército se convirtió en un punto de apoyo fundamental para
el poder del emperador. En tiempos de Augusto existían a lo largo de los
territorios conquistados cerca de 30
legiones, en las que los soldados acordaban un período de servicio de 20
años (más tarde aumentado en 25) a cambio del sueldo o stipendium. Estaban acantonados en los territorios más conflictivos
del Imperio, principalmente en las zonas
fronterizas, donde sus campamentos fueron el origen de no pocas ciudades
europeas. Sin embargo, había que asegurarse constantemente del grado de
satisfacción de las tropas. Además, muchos generales, contando con el apoyo de
sus tropas, se atrevían a reclamar el trono imperial, provocando una situación
de inestabilidad que llegó a ser habitual durante gran parte de la etapa
imperial romana y que provocó su debilitamiento.
5.
Las legiones romanas
Había
diferentes tipos de tropas, de diversa categoría: los hastati, los combatientes más jóvenes, equipados con armadura,
espada, escudo y dos jabalinas, formaban la primera línea de combate; los príncipes, más experimentados en el
combate e igualmente pertrechados, formaban la segunda línea; los triarii eran los más veteranos en la
lucha, llevaban escudo, armadura y espada y además una larga lanza, se situaban
en la línea trasera y solo intervenían en caso de que la batalla fuera mal. A
estos tres tipos de combatientes se añadía un acuarta clase de soldado, los velites, sin armadura pero con espada,
escudo redondo y varias jabalinas ligeras.
En cuanto a los
cargos militares de la legión, el más importante era el centurión, ya que
estaba al mando de estas unidades tácticas. En importancia le seguían el optio (su ayudante) y el signifer (portaestandarte). Aunque un
ejército consular se componía de dos legiones, cada una de ellas estaba al
mando directo de un tribuno militar. Este último cargo, solía ser el punto de
partida para los ciudadanos que querían hacer carrera política.
El número de integrantes de una legión
varió a lo largo de la historio de Roma, si bien podrían señalarse como límites
de 4.200 a 6.000 hombres, a los que habría que añadir un número equivalente de
soldados auxiliares o tropas aliadas, además de un contingente de caballería de
300 jinetes.
Para el asedio, las tropas llevaban usualmente una
serie de máquinas de guerra a las que se añadían otras
fabricadas en el lugar correspondiente, como las grandes torres móviles de tres
pisos de altura para el asalto de las murallas enemigas, los grandes arietes
para derribar puertas o dañar los muros, así como catapultas para lanzar
proyectiles de tremenda eficacia.
Como norma, la
infantería se colocaba en el centro, los aliados o auxiliares en los extremos o
alas del ejército y la caballería en un extremo.
El conjunto de
soldados más utilizados para movimientos de ataque a las tropas enemigas, que
constituyen la unidad táctica de combate,
fue sufriendo cambios a lo largo de la historia romana: primero fue la centuria (al principio 100 hombres,
luego 60), después el manípulo (dos
centurias, 120 hombres) y posteriormente, la cohorte (tres manípulos, 360 hombres, integrando uno de hastati,
otro de príncipes y un tercero de triarii). https://www.youtube.com/watch?v=IYSOElJhJT4
6.
Ejercicios, tareas, trabajos…
1.
Describe el equipo de guerra del
soldado griego y compáralo con el legionario romano que hay en la introducción
del tema. ¿Cuál de los dos crees que iba más preparado para el combate?
2.
¿Qué diferencia supuso la
aparición del hoplita respecto a la situación anterior?
3.
¿Qué crees que puede significar
la expresión ciudadano-soldado?
4.
Observa el mapa de la batalla de
las Termopilas e intenta describir lo que ocurrió.
5.
¿En qué consistió el cambio que
se produjo en el reclutamiento a partir del cónsul Mario? ¿En qué se
diferenciaba del sistema anterior?
6.
¿Dónde se asentaban
principalmente las legiones en el Imperio y qué consecuencias han podido tener
esos asentamientos?
7.
¿Dónde se colocaban los soldados
más experimentados? ¿Por qué crees que eran colocados en esa posición?
8.
Cita por orden de importancia
los cargos militares y su función correspondiente.
9.
Explica el significado de los
siguientes términos latinos relacionados con el campamento romano: fossa,
agger, vallum, intervallum, praetorium, castra.
10. ¿Cuál crees que fue el factor que dio superioridad al ejército
romano con respecto a otros?
7.
Proyecto de clase: Mitología Hefestos
-
Hacer una ficha con el título
del cuadro, el autor con un esbozo de su vida, el museo en el que se encuentra
y su tema.
-
Observar bien el cuadro y
después:
a)
identifica a dos personajes principales.
b)
Explicad brevemente en qué situación están y por qué.
-
Haced una ficha de Hefestos
donde consten su nombre griego y romano,
el de sus padres y su nodriza. Debe figurar también el lugar donde trabajaba,
los instrumentos que fabricaba y su dominio como dios.
-
Inventad un diálogo entre los
personajes del cuadro.
-
Representar en clase el diálogo
redactado como si fuera una obra de teatro.
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